La norma ISO 17299-2 mide principalmente gases olorosos como amoníaco, ácido acético, metilmercaptano y sulfuro de hidrógeno.
La norma ISO 17299-3 mide principalmente gases olorosos como indol, ácido isovalérico, nonenal y ácido acético con cloruro de sodio añadido (NaCl).
Los escenarios de aplicación de estos gases olorosos en textiles son los siguientes:
**Amoníaco**: Se deriva principalmente de la descomposición del sudor y los excrementos humanos. Es más común en prendas ajustadas como ropa deportiva, calcetines y ropa interior. Tras la transpiración, las bacterias descomponen los componentes del sudor para producir amoníaco. Especialmente después del ejercicio, el cuerpo suda más. Si la permeabilidad al aire y la absorción de humedad de la prenda no son adecuadas, el olor a amoníaco y otros olores serán más evidentes. Además, en algunas prendas, como pañales para bebés y niños pequeños, el olor a amoníaco también se produce fácilmente debido al contacto con los excrementos.
**Ácido acético**: Generalmente se produce por la descomposición de componentes del sudor por microorganismos. Se encuentra comúnmente en todo tipo de ropa interior, como camisetas, ropa interior, etc., especialmente en verano o en ambientes con altas temperaturas. La cantidad de sudor aumenta y sustancias como los ésteres de ácidos grasos presentes en el sudor son descompuestas por microorganismos, que producen ácido acético, lo que provoca un olor agrio en la ropa.
**Metilmercaptano** : Tiene un olor típico a huevo o verdura podrida, que proviene principalmente de contaminantes ambientales y metabolitos humanos. Algunos textiles para exteriores, como mochilas y tiendas de campaña, pueden estar expuestos a contaminantes que contienen metilmercaptano, absorbiendo así este olor. Además, en la ropa de protección para ocasiones especiales, si hay gas de metilmercaptano en el entorno laboral, también debe considerarse su capacidad desodorizante.
**Sulfuro de hidrógeno** : También desprende un olor a huevo podrido, que proviene principalmente de gases residuales industriales, aguas residuales, etc., presentes en el ambiente, y puede producirse en pequeñas cantidades durante la descomposición del sudor humano. Algunos textiles que se utilizan frecuentemente en entornos industriales, como la ropa de trabajo, pueden estar expuestos al gas de sulfuro de hidrógeno. Además, la ropa de protección de los trabajadores en algunas plantas de tratamiento de aguas residuales, vertederos y otros lugares también debe prestar atención a la capacidad de desodorización del sulfuro de hidrógeno.
**Indole**: Tiene olor fecal, principalmente relacionado con excrementos humanos y descomposición microbiana. Puede aparecer en textiles como productos para la incontinencia de adultos y pañales para bebés. Estos productos entran en contacto directo con los excrementos. Si su capacidad desodorizante es deficiente, producirá un olor a indol evidente.
**Ácido isovalérico**: Se encuentra frecuentemente en el sudor y es uno de los principales componentes que causan el mal olor a sudor. Es más común en textiles como ropa deportiva y ropa interior. Especialmente después de ejercicio prolongado o sudoración intensa, el olor a ácido isovalérico será más intenso, lo que afectará la experiencia de uso.
**Nonenal**: Se produce principalmente por la oxidación y descomposición de la grasa en la superficie de la piel humana y es uno de los componentes importantes que producen el mal olor corporal. Es común en la ropa interior de uso diario, como camisas y ropa interior. Especialmente en personas con glándulas sudoríparas más desarrolladas, el mal olor a nonal es más probable que se produzca en la ropa.


